“Para perfeccionarnos, necesitamos comenzar por señalar errores y buscar remedios; el progreso es dinamismo, no quietud; es la vida en evolución constante, sujeta a las leyes del Creador que ha puesto en sus Obras para que el hombre las descubra y aplique para su bienestar y en su perfeccionamiento dentro de trilogía del contenido humano: Inteligencia que piensa; Sentimiento que mueve y Mano que ejecuta”.